En esta ocasión conoceremos a Abby, a la que no le gusta nada la comida sana. Si por ella fuese, sólo comería chucherías. Su madre intenta que coma fruta, pero Abby siempre logra salirse con la suya y tiene piruletas escondidas por toda la casa. ¿Qué puede ser mejor para Abby que una montaña de chuches? Eso es precisamente lo que encuentra un día jugando. Allí conocerá a Candy, un gato que quiere robarle su osito de peluche y que le incita a comer golosinas…
Una historia para disfrutar en familia desde el enlace que publicaremos en las redes sociales municipales.